SOÑAR EN RONCESVALLES

Se dice, y con razón, que el Camino se presta a diversas experiencias como queda reflejado en los diferentes escritos y publicaciones que hemos recopilado en esta sección dedicada a  los “Relatos de Peregrinos”. La mayoría de las veces son relatos auténticos que se han redactado a pie del Camino como un itinerario que a veces ahonda sus raíces en los religioso, otras en lo esotéricos, no faltan tampoco en temas de poesía, pero en este libro  nos hace ver que también la ruta puede ser motivo para soñar. Es así como su autor, entorno al Jubileo de 1993, toma un nuevo impulso para a tono con el renacer del interés por la vieja ruta penitencial, pone sus ojos en la particularidad que a diferencia de otros peregrinos que caminan hacia Compostela con la ilusión puesta en lo desconocido, él lo hace que riendo localizar un sueño que desde Roncesvalles penetra en los pueblos del norte de España, y lo hace poniendo ejemplos reales pero sobre todo ensoñamientos en los que, desde el comienzo del camino en Roncesvalles, nos resucita la figura de Carlomagno y se pone a soñar. Y así sueña con los Pares de Francia que encontraron su muerte en estos picachos del Pirineo, sueña con las flechas amarillas que se convierten incluso a veces en una obsesión más que una persecución cuando siente la fatiga después de una larga caminata. Sueña con la presencia humana de un rosario de personajes que aunque no le acompañan directamente, se siente reconfortado después de una charla amable en una “solana” que hacen los viejos del lugar, sueña con el misterio de la Vía Láctea que, desde el principio de la creación, era el Camino que debía de llegar hasta la Tumba del Apóstol y así fundaría un camino de gloria con la recompensa prometida por Santiago al ofrecerle una corona celestial. El autor hace sueños que convierten al Camino en un espacio onírico que nos invita a recorrer.