EN CAMINO, A LOS CUARENTA.

Antes del Año Santo de 1993 existían algunos relatos de peregrinos y unas pocas guías turísticas que ayudaban a los peregrinos en su recorrido, pero fue en el Jacobeo del 93 cuando aparecieron las primeras guías del Camino con consejos prácticos y todo tipo de información sobre kilómetros, gráficos, etapas, etc. Esta publicación es más que una guía, una reflexión que trata el tema de cómo encontrarse con la soledad y el silencio durante casi un mes que los peregrinos de a pie tardan en recorrer la Ruta Jacobea, y así habla del cansancio, casi límite en ocasiones, que te pone en contacto con las posibilidades de tu cuerpo. Las gentes que jalonan el camino: peregrinos con los que compartes la charla, comida o trecho, o habitantes de regiones y pueblos para quienes la atención al camino y a los caminantes es un rasgo que transmiten como parte de su cultura. La naturaleza, la historia, el arte, etc. todo ello hace que la Ruta Jacobea sea una experiencia única para todo aquel que la recorre. Los seis kilómetros a la hora de media permiten al peregrinos mirar y volver a mirra formas, colores, ambientes que, a su alrededor, parecen haberse detenido. El cambio se produce tan lentamente que sólo a intervalos prolongados se nota. El caminante se convierte en parte del paisaje y su velocidad, que sólo se aprecia como tal al final de cada jornada. Este libro quiere ser el relato de los recuerdos de un viaje, a la vez que un conjunto de “consejos” que se han atrevido a llamar “guía”  sin estar seguros de que así sea. Es autor espera que aquello de lo que se da cuenta en él sea, por un lado, reconocible por quien ya haya finalizado su ruta y, por otro, de utilidad para quienes se apresten a comenzarla.