ANDANDO EN SOLITARIO POR LA RUTA JACOBEA A SANTIAGO.

La popularidad adquirida durante los últimos años para hacer el Camino de Santiago ha roto con uno de los motivos que el Camino tenía para no pocos peregrinos que era hacer el Camino en soledad. El autor de esta publicación decide recorrer la ruta a pie y solo. Lo pensó durante mucho tiempo y al final se decidió a hacerlo en el año 1989 cuando ciertamente hacerlo en soledad era bastante fácil. Reconoce que conocía parte del Camino, sobre todo en la provincia de Burgos, y que a través de las excursiones que hizo durante la estancia en esta capital conoció el importante hito que representaba la capital burgalesa y ello motivó su curiosidad para poder ver otras ciudades y también moverse por un tramo del Camino, el navarro, que también conoció por razones profesionales y familiares. En el tema literario conoció la célebre Guía del Peregrino que una editorial puso de moda por aquel entonces y que había sido elaborada por una serie de escritores de reconocido prestigio y bastante conocedores de la Ruta Jacobea, de sus pueblos, de su patrimonio, etc. lo que motivó que el autor decidiese finalmente ponerse en Camino y como el mismo dice con los calores del mes de julio decidió hacer realidad su proyecto, planificándolo todo: equipo, material, etapas, apoyos, previsiones, acopio de datos, referencias, gastos, consultas, bibliografías, etc. lo que le llevó a una fase de organización y entrenamiento que el mismo reconoce hizo durante seis meses. En aquellos tiempos los peregrinos son salían al Camino “alegremente” sino que consideraba que la aventura debía prepararse concienzudamente y por ello no bastaba el entusiasmo y optimismo, ya que él mismo dice que era cuestión de llegar a Santiago y así conseguir el éxito