SANTIAGO, JERUSALÉN, ROMA.

Esta es una joya bibliográfica que corresponde al diario de una peregrinación que con el título “Santiago, Jerusalén, Roma” nos ofrece el recorrido, historias y vicisitudes de dos ilustres  peregrinos que deciden en el año 1875, con motivo al Jubileo Universal, recorrer los tres lugar más clásicos e importantes de la peregrinación, como son: Roma, cuyos peregrinos reciben el nombre de romeros; Jerusalén, a los que se identifican con el nombre de palmeros; y Santiago a los que habitualmente se les conoce con el nombre de peregrinos. La publicación, dividida en tres volúmenes, tiene hoy un enorme interés como lo tuvo en su día la primera edición fechada en el año 1882 a la que le han seguido una edición facsímil publicada recientemente.

El tomo III lo dedica al regreso de estos peregrinos desde Beirut a Santiago. Comienza el tomo con la salida desde la ciudad de Beirut y continúa con la descripción de las islas de Chipre y Rodas, recordando de paso lo principal de la historia de las ciudades de Asia Menor. Continúa el viaje por el archipiélago el estrecho de los Dardanelos y el Mar de Mármara y por fin la ciudad de Constantinopla, describiendo de esta sus muchos monumentitos, usos y costumbres. Desde esta ciudad pasan a Atenas y llegaron por Sicilia y Palermo con la excursión al Vesubio. Se adentran en Roma y finalmente por Lyon, París y Londres, finalizan el viaje volviendo por Barcelona y Madrid y desde aquí por Ávila, Zamora y Orense a Santiago de Compostela.

Se completa este trabajo con un tomo IV en el que se recogen los estudios complementarios y los índices de esta magna obra en que se incorporan los textos de Xoxé Ramón Barreiro, quien trata el tema de “Santiago, Jerusalén, Roma, un viaje intelectual y religioso”; Carmen Pugliese, quien escribe sobre las “Peregrinaciones Compostelanas en el siglo XIX y la literatura odepórica”; Enrique Bermejo, cuyo tema es “las procesiones en los santuarios de Tierra Santa en el siglo XIX”; y Paolo Caucci, quien aborda el tema de “los años Santos Romanos del siglo XIX entre desordenes políticos, devoción popular y gran tour”.