CAMINANDO A COMPOSTELA

Ahora que proliferan tanto itinerarios y “nuevos caminos” es interesante encontrar algunas gentes que hicieron la peregrinación a través de esos otros caminos que llevan a Compostela como es el caso presente en el que, en el año 1928, un tres hermanos deciden salir de Madrid y llegar a Santiago como peregrinos clásicos, a pie, con gran sentido de fe y religiosidad y que discurren por los pueblos de Torrelodones, San Rafael, Lavajos, Medina, Tordesillas, Mota, Benavente, La Bañeza, Astor, Membibre, Ponferrada, Villafranca, Piedrahita, Becerreá, Arzúa y finalmente Santiago de Compostela. Por lo demás, a parte de la novedad que representa este itinerario, no deja de ser una peregrinación a la vieja usanza y que, como cualquiera de los relatos de peregrinos de hoy en día, recurren a contarnos sus peripecias, teniendo en cuenta como ellos mismo relatan, que si “navegar es necesario, ciertamente el peregrinar también” y hacen mención y motivo en que la vida tiene mucho de arte, náutica y experiencia de romería. Romeros y navegantes descifran la geografía y conocen el secreto de las estrellas porque son los que para nortear con acierto por mar y tierra, saben mirar mejor el cielo que es donde ven el rumbo y el destino. En el prólogo ya se dice que la pretensión que nos transmiten es contarnos hacia donde el camino va y se explica la nostalgia y la emocionada melancolía, y que desean recorrer los caminos andando en este año en el que era jubilar. Para rematar estas páginas señalan que se parece más que un simple diario, un nuevo manual de romeros y arte de romería, un libro confidente y amigo que te habla del gozo de las peregrinaciones y de la alegría de los caminos.