

(COL. ALARIFE Nº 8)
Su vida se tambaleaba, se sentía abrumado por el trabajo, su matrimonio zozobraba. Sin saber por qué, preparó su mochila, se procuró un bastón y se hizo a la ruta. Sabía de lo que huía, pero no lo que buscaba. El Camino le enseñaría eso y mucho más. Anduvo hacia el oeste por la ruta que recorrieron hombres y mujeres durante más de mil años, siguiendo el sendero de las estrellas hacia Santiago de Compostela y más allá, hasta el fin del mundo. Andaba de día y pasaba las noches en refugios de peregrinos, en pensiones, escuelas o iglesias abandonadas. Mientras avanzaba en el espacio, le parecía que retrocedía en el tiempo: pasaba por pueblos que apenas habían cambiado desde la Edad Media, por paisajes que el novelista James Michener llamó los mejores de España y algunos de los mejores del mundo. Aunque empezó su caminata sin compañía, Edward F. Stanton descubrió pronto que la peregrinación implica camaradería además de soledad: su viaje coincidió con el renacimiento moderno del Camino de Santiago. En la ruta conoció a un astrólogo valenciano que le enseñó a buscar su propio ritmo al andar, a la abadesa de un convento que le ofreció algunos consejos para la ruta, a dos franceses que buscaban una nueva vida, a campesinos y pastores que hablaban con la sabiduría de siglos. Camino de las estrellas es un libro que funde vivencias personales con el folklore, con las leyendas de las antiguas crónicas y con astutas observaciones sobre la vida española. Es al mismo tiempo un libro de viajes, una aventura picaresca, un rito de pasaje y una iniciación en la primera ruta espiritual de Europa.