DIARIO DE UN PEREGRINO DEL SIGLO XXI

Ovidio Campo camina a largas zancadas de pueblo en pueblo, de ciudad en ciudad, convirtiendo su peregrinación en una meta en sí misma, sin más propósito que ampliar su conocimiento del hombre y el mundo que recorre. Al fin de cada jornada anotará pormenorizadamente lo que acontece en su cuaderno de viaje. Fruto de estos interesantes apuntes y reflexiones, a petición de cuantos amigos leen sus relatos, se publican compendiados en este volumen que, además, cuenta con las colaboraciones en forma de “perfiles” de un grupo de buenos conocedores del Camino de Santiago cuya experiencia da color a sus páginas. La apasionada aventura de este burgalés, en ese momento de 39 años, se revela a los ojos del lector como un relato para ser degustado al abrigo de un buen fuego, en compañía de peregrinos y caminantes, con la sana intención de reponer fuerzas antes de reemprender la marcha. Las crónicas contenidas en este libro describen las sensaciones de un peregrino contemporáneo en toda su pureza huyendo de las veleidades con que, en ocasiones, nos regala la literatura. El Camino de Ovidio Campo, urbanita confeso y peregrino converso, se lee de un tirón porque sólo persigue describir hechos concretos y situaciones reales sin ninguna pretensión ornativa. No busque el lector entre sus líneas una guía turística porque no la encontrará. No busque el peregrino una guía espiritual, porque nada más lejano a la intención del autor que aconseja a su prójimo. Tampoco se hallará entre sus líneas una exaltación jacobea al uso. Las palabras, simultaneadas con los pasos del caminante fluyen en el relato, con tal naturalidad, que “enganchan” literalmente al lector en un peregrinaje digno de ser imitado paso a paso, lugar a lugar. Nos encontramos antes un libro de referencia, con tales perfiles propios, que le permitirán situarse con la anuencia de lectores y peregrinos  en materia de culto y lugar de encuentro.