1000 KM DEL CAMINO DE SANTIAGO EN BURRO.

Los relatos de peregrinos, y este no deja de ser uno más, adolecen de cierta monotonía ya que no dejan de ser un género literario, el de los viajes, que al tener en este tema el mismo espacio que estos viajeros y caminantes hacen, cual es el Camino de Santiago, la única novedad que nos presenta, algunas veces, es el método que utilizaron para recorrer en este caso el llamado Camino Francés y en el que el autor rememora en su prólogo cómo la historia comenzó hace 40 años cuando dice, “siendo yo un niño, mis padres me llevaban a Sahagún por cualquier motivo. Sahagún es un pueblo bastante grande y hace las veces de capital e la comarca, había que desplazarse hasta allí para comprar ropa o ir al médico porque en mi pueblo no había tiendas”.

Es así como Segundo Borland, autor de este libro, entra en contacto con el camino de Santiago y conoce a los primeros peregrinos a los que intenta emular y se lanza al Camino llevando un burro, o más bien el burro le lleva a él, para viajar por esos casi 1000 kilómetros que conducen desde Roncesvalles hasta la meta compostelana. Si bien hace un prólogo desde Barcelona hasta Pamplona en tren ya que su intención era empezar el Camino en el lugar emblemático de Roncesvalles para seguir la ruta de forma continuada hasta llegar a Santiago.