SENDA INMÓVIL.

Cuando se quiera estudiar y analizar con cierta profundidad qué sucedió en las últimas décadas del siglo XX para que una ruta con más de mil año se popularizase y adquiriese el protagonismo y la importancia que el Camino de Santiago tiene, a los múltiples análisis y estudios concretos y determinados que debemos de tener en cuenta, los relatos de los modernos peregrinos que han hecho el Camino de Santiago y que se recogen en la multitud de relatos que han quedado para la posteridad, deberemos tenerlos en cuenta, y por ello, en esta sección de la Biblioteca Jacobea hemos querido tener constancia de esos relatos aunque no hayan sido publicados a través de ediciones profesionales, sino, a veces, como relatos únicos de los que existe sólo un ejemplar que ha sido cedido a nuestra Biblioteca Jacobea y que dejamos constancia de ellos en las estanterías de la misma. En la presentación de este relato el propio autor nos pone en camino de lo que fue su intención a la hora de recorrer lo que él llama “la senda inmóvil” diciendo: “todavía no sé muy bien la intención de todas estas páginas, pero tengo muy claro lo que no deseo que se limiten a ser: una guía tradicional del Camino de Santiago. Ya las hay para todos los espíritus y para todas las formas de viaje, desde las más tradicionales hasta las más audaces e imaginativas”. Su mejor explicación quizá sea la que se desprende de la distribución de los textos de cada jornada: el primero, en letra cursiva y negrita, recoge los datos de la peregrinación realizada en el año 2000, por casi el mismo grupo de 1995. El segundo párrafo, en letra negrita, trata algún aspecto del Camino: una historia, una impresión, un sueño, unas veces relacionado con la propia jornada, otras sin aparente conexión y en el que se insiste en alguna de las múltiples sugerencias que se suscitan al peregrino. El tercer texto, el más amplio, desarrolla la idea de alguno de los caminos que el hombre puede encontrarse frente a sí: caminos religiosos, laicos, ilusionantes, tristes, inquietos, vulgares, alegres, decepcionantes, intranscendentes, olvidados; caminos elegidos o que ellos nos eligen y en los que llegar a su final puedes encontrar o no la felicidad. De estos caminos, de su recorrido imaginario y sentimental han surgido estas páginas que, a pesar de todo, te irán acercando a Santiago y aún más allá. Que a tu llegada a Compostela hayas encontrado algo de aquello que habías estado buscando. Seguro que estaba en alguna parte de estos caminos.