HOMENAJE A VICENTE MATEO

¿Cómo hablar del amigo que se fue, sin incurrir en lugares comunes?

Podría servir esta exposición homenaje -y sería suficiente- como muestra del reconocimiento y la amistad hacia Mateo de cuantos aquí participamos. Eso es algo evidente sin necesidad de palabras, pero cualquier catálogo que se precie, no sería nada sin las frases adecuadas y pertinentes que den fe de su finalidad.

 

Por eso no puedo dejar de decir -y creo que interpreto la opinión de todos cuantos aquí colaboramos- lo admirable que era Mateo en su normalidad. Precisamente por ser un hombre normal que tuvo el enorme mérito de saberse artista y ser consecuente con su condición, sin abandonar nunca esa actitud cotidiana que le hacía ser querido sin reparos por quienes le conocíamos bien, con sus méritos y sus defectos, con esa arisca timidez de hombre tierno al que el pudor impedía mostrarse como realmente era: un niño grande que no sabía mentir. Todos sabemos que la verdad duele y genera muchas veces incomprensión.

 

Y aunque Mateo pudiera ocultar según a quien lo bondadoso de su carácter, lo que nunca podía esconder, tanto que ni siquiera quería ocultarlo, era su condición de artista convencido, de permanente indagador por los resbaladizos territorios de la casualidad, en constante lucha por el definitivo gesto de genialidad que le permitiera poner fin a su búsqueda, sin descanso, sin rendición, sin concesiones ni a los demás ni a sí mismo.

 

De no haber sido así, ahora no estaríamos hablando de Vicente Mateo ni tendría mucho sentido este homenaje que rendimos al artista y al amigo que nos dejó a destiempo.

Ficha técnica

Autor
Peláez- Amelia (Coordinadora de la exposición)
Sección
PA.E
Número de Libro
165
Idioma
Castellano
Año de Publicación
2016
Editorial
Fundación Díaz-Caneja (Palencia)