ORDINE DI MALTA E IL CAMMINO DI SANTIAGO

El 8 de septiembre de 1993, en el castillo de Magione, en presencia de su Alteza Eminentísima el Príncipe y Gran Maestro de la Soberana Orden Militar de Malta, se celebró la Asamblea promovida por la Orden de Malta junto a la Universidad de Perugia, que tuvo como tema principal las relaciones entre la Orden “giovannita” y la devoción compostelana. El autor habla también de la presencia en Perugia de iniciativas universitarias siempre muy atentas a las cuestiones históricas del peregrinaje compostelano.

La más antigua y significativa vocación de la Orden de San Giovanni de Jerusalén, de Rodi y de Malta ha sido y es, sin duda, la de la hospitalidad. La orden nació en función de la hospitalidad, de la asistencia y cura de los peregrinos que, después de la primera cruzada, iban a Tierra Santa. La relación entre la espiritualidad y necesidad de peregrinar se había desarrollado en el tiempo, marcando la expansión del servicio de la Orden por todas las calles de la cristiandad. Los estudios más recientes de historia “melitense” están evidenciando la presencia “giovannita”, no sólo en las vías marítimas, sino también en las terrestres.

Los peregrinos que iban hacia los santuarios medievales se servían seguramente de esas “casas e iglesias de la Orden de San Giovanni” como lugar de oración, de cura, de parada y de descanso. También la Santa Sede subrayó muchas veces que el peregrinaje a Santiago permitía recomponer una unidad espiritual que tuviera en consideración las ansias de Europa.

A esto, en 1987, se unió la opinión expresada por el Consejo de Europa que declaró “Primer Itinerario Cultural Europeo” los Caminos Compostelanos, para promover una serie de iniciativas con la finalidad de valorizar  un patrimonio artístico-cultural de importante relieve. Los caballeros de Malta han representado una etapa de cohesión supranacional en la Europa política de la edad Media, así la devoción compostelana ha representado un motivo supranacional de espiritualidad vivida y sufrida en el mismo periodo. Las dos circunstancias asumen un significado merecedor de ser ulteriormente investigado, también en el aspecto de la relación indisoluble entre la eficacia de la acción y la fuerza del espíritu que tiene que estar detrás de ellas. Los peregrinos a Santiago y los caballeros de Malta, los dos conscientes de esa verdad, fueron las fuerzas y potencias que han contribuido a salvar Europa