L´ALTRO GIUBILEO.

El abad Nikulas de Munkathvera, salido de Islandia para su largo peregrinaje, que lo haría llevado antes a Roma y después a tierra Santa, recuerda el tránsito por Radicofani, que en la mitad del siglo XII, época del viaje, tenía que haber adquirido una evidente fama por el particular tipo de refresco que los viandantes podían encontrar.  La "memoria” del peregrino islandés es uno de los más antiguos testimonios que hablan de la existencia, a lo largo de las rutas de peregrinación, de infraestructuras para los peregrinos “menos nobles2 o para, en general, los viandantes.

El abad, en efecto, en su diario de viaje aconseja a menudo cómo solucionar algunas necesidades cotidianas de los peregrinos: así señala que en Altopascio “cualquiera es acogido por la noche”. En Lucca, dice que el rey de Dinamarca, Erik Svensson, ha instituido “un fondo para que cada persona del norte de Europa pueda beber vino gratuitamente y hasta la saciedad”, mientras “a 8 millas al sur de Piacenza” (o sea en Fiorenzuola d’Arda) recuerda como el mismo rey ha hecho “construir un hospital donde cualquiera puede reconfortarse”.

Más tarde, en el Bajo Medievo, las referencias a los pequeños y grandes problemas diarios se harán siempre más frecuentes hasta que las memorias itinerarias llegarán a ser guías turísticas ante literam, llenas de noticias sobre la bondad del servicio en los albergues, sobre los tipos de cambio entre diferentes monedas y sobre la entidad del peaje.

Pero en la edad de oro de la peregrinación (siglos XI-XIII) testimonios como aquel de Nikulas de Munkathvera son raros. De aquí parten las dificultades de Giorgio Massola en proponer el estudio  sobre los hábitos del peregrino en la Edad Media, tema de este libro.

La tendencia de la religiosidad en la edad Media a materializar el sacro ha permitido al autor descubrir datos útiles en representaciones figurativas con contenidos religiosos. Naturalmente todo esto ha sido puesto en relación con las fuentes escritas que han permitido también reconstruir el paisaje humano del peregrinaje medieval. El resultado es un trabajo original, en el cual el lector podrá descubrir los aspectos de la vida del peregrino relacionados con la cotidianidad, como qué comían, la importancia que tenía el vino en su alimentación, conocer su indumentaria, conocer los espectáculos ofrecidos por los juglares, o el fenómeno de la prostitución, etc.