PILGRIM´S ROAD

Los peregrinos llevan desde el siglo X recorriendo antiguas rutas, a lo largo de Francia y España, que les conducen a la fabulosa ciudad de Santiago de Compostela, al legendario sepulcro del Apóstol Santiago.

En grupo para mayor seguridad, ni ante merodeadores ejércitos de moriscos, ni ante violentos torrentes ni temibles pasos montañosos, se amilanaron los peregrinos, con su confianza puesta en la protección que el emblema de Santiago, la vieira, les concedía. Mil años más tarde, Bettina Selby tomó esta senda de peregrinos con la única compañía de su bicicleta y con la vieira, aún como poderoso talismán que abre puertas y proporciona alojamiento. Esta es la historia de su travesía por países cuya pátina del siglo XX apenas encubre la riqueza histórica de la monumental arquitectura de las grandes catedrales medievales a los diminutos caseríos que parecen permanecer intactos al presente y también la belleza imponente y peligrosa de los Pirineos.

Al igual que sus predecesores, Bettina Selby tuvo que lidiar con las amenazas naturales de la zona, con ladrones y perros salvajes, pero también se encontrón en el Camino con numerosos personajes fascinantes, pero especialmente, encontró una tradición patente que atrae cada vez a más personas a convertirse en peregrinos rumbo al “campo de estrellas”.