ALLEZ A PIED

DE PUY EN VELAY A SAINT JACQUES DE COMPOSTELLE

Aprenda a liberarse, al menos por un tiempo, de sus obligaciones diarias. No espere a caer en el desaliento. La vida de los trabajadores en multitud de profesiones, en multitud de sectores es muy dura. Aquellos que nos lo crean deberían comprobarlo por sí mismos. Me conmociona ver a los obreros y obreras (sobre todo a éstas últimas) realizar un trabajo monótono en una cadena desenfrenada. Yo nunca hubiera podido hacerlo. Y muchos ejecutivos son adictos a los calmantes. Todos ellos y muchos otros necesitan evasión.

Y qué mejor evasión que reencontrarse con la vida natural en el campo y, sobre todo, en la montaña, sin necesidad de irse al fin del mundo. Recorrer a pie una marcha larga puede parecer pesado. Es todo lo contrario del descanso. Unas veces es por el sol abrasador, otras  por la lluvia que empapa la ropa poco a poco o por el calzado que aprieta, tal vez sea por el frío (especialmente en la montaña) pero a menudo es por el cansancio y las heridas de los pies. Hay que orientarse y, ante todo, saber dónde se encuentra uno y qué dirección debe tomar, algo que tal vez resulte difícil en la montaña o en terrenos boscosos. Sí, estas son las dificultades. Pero qué diferencia con las preocupaciones de todos los días en nuestras sociedades “avanzadas” donde las preocupaciones son los resultados, los horarios, todas ellas profesionales. Esta vuelta temporal a la vida  de los grandes viajeros de antaño, como eran lo peregrinos de Compostela, sólo puede hacer un gran bien. Es como una vuelta a los orígenes.

Andando observamos libre el espíritu. No necesitamos controlar cada movimiento, ni vigilar las piernas o el equilibrio. Todo se hace de forma automática, magnífica, inconsciente. De este modo, libre, nuestro pensamiento puede bogar hacia nuevos horizontes. ¿Qué digo? El espíritu no sólo está liberado, sino estimulado, al igual que la circulación sanguínea. Así es espíritu del viajero, el espíritu del peregrino podrá evadirse, unas veces hacia las nuevas técnicas y otras, más frecuentes, hacia la poesía, el lirismo, la búsqueda de la belleza, la búsqueda de la religión. Pero también puede, y sobre todo cuando va hacia Compostela, volver al pasado de un modo prodigioso, a nuestros ancestros que han pisado estos mismos caminos y senderos. Este pensamiento es ensalzador. Algunos cayeron en el camino, otros murieron donde sólo Dios conoce el nombre. Pero la mayoría llegaron con júbilo al final de su viaje, superando la fatiga y las privaciones. De este modo usted se encontrará sólo en los caminos que van hacia Occidente, siguiendo la Vía Láctea hasta el Campos de la Estrella.

Ficha técnica

Autor
Aublin- Jean Baptiste
Sección
XV
Número de Libro
31
Idioma
Francés
Año de Publicación
1988
Editorial
L´Aisne Nouvelle