CHEMINS DE SAINT JACQUES DE COMPOSTELLE GUIDE

La región de Midi-Pyrénées, rica en paisajes y recursos, goza del paso de los grandes caminos de Santiago que fueron fijados en el siglo XII por la famosa “Guía del peregrino”, redactada en latín por el clérigo de Poitiers Aymeric Picaud. El manuscrito, denominado Codex Calixtinus debido a que se refería a la autoridad del Papa Calixto II, siempre se ha conservado en los archivos de la basílica del Apóstol Santiago en Compostela, “Finisterre ibérica” de Europa. En primer lugar trata de la vía Podense, que parte de Puy-en-Velay y penetra en nuestra región por Mont d’ Aubrac, prueba tan temida por los peregrinosque una faqmosa orden religiosa fundó allí “Dômerie”, aún existente. Doce monjes y doce hermanas cuidaban el alma y el cuerpo de los peregrinos y doce caballeros velaban por su seguridad.

La otra vía, la que parte de Arles y Saint-Gilles-du-Gard, llamada al principio vía Arelatensis o Egidiensis toma, a su paso por la vertiente de Midi-Pyrénées, el nombre de vía Tolosana.

Cuando los cuatro grandes caminos de Santiago y sus incontables enlaces y variantes reunidos bajo el nombre de Camino de Santiago (un nombre singular para un camino plural) fueron proclamados “Primer Itinerario Cultural Europeo) por el Consejo Europeo el 27 de octubre de 1987 en Compostela y cuando su Santidad el Papa Juan Pablo II se reunió en Santiago con miles de jóvenes (y no tan jóvenes) los días 19 y 20 de agosto de 1989 por el “Día Mundial de la Juventud”, muchos retomaron la marcha de nuestros antepasados peregrinos y muchos otros lo hicieron con posterioridad. Por ellos es natural que la región de Midi-Pyrénées publique una guía regional de los caminos de Santiago que orienta a los “turistas” deseosos de peregrinar por estas vías seculares capaces de mostrar a cada uno, etapa a etapa, los elementos de una cultura que se remonta a las raíces del cristianismo en Europa y que todavía hoy nos enriquecen.

Grandes maravillas del arte románico como las de Conques y Moissac en la vía de Puy, iglesias más humildes y sin embargo entrañables, fuentes y puentes, puertas fortificadas y otros vestigios les encaminarán hasta los confines de la región, entre Eauze y Aire-sur-l’ Adour, donde se seguirá la ruta del Puy hasta el Piémont pirenaico donde se unirá con las rutas de Vézelay y de Tours para ascender la montaña a través de Navarra hacia los puertos de Cize y la colegiata de Nuestra Señora de Roncesvalles.

Así como el Camino de Santiago procedente de Saint-Martin-de-Tours ya había visto venir, antes de la propia “Invención” del cuerpo de Santiago en Compostela, numerosos peregrinos hasta Tours para pedir protección y los favores de San Martín, el camino de Santiago procedente de Puy era, y aún es, para los españoles el camino que les conducía en el ascenso hasta el santuario de Nuestra Señora del Puy tan venerado en navarra y el resto de España, como nuestra basílica de Estella y tantas otras capillas dedicadas a ella. Fenómeno de reciprocidad aún más perceptible en el Camino de Santiago meridional, frecuentado tanto por los Romeros de los Pirineos como por los italianos, ibéricos y germánicos del sur para llegar a la Ciudad Santa, a Santiago de Compostela.

Tradicionalmente, la ruta entraba en la región de Toulouse por Murat y La Salvetat y se dirigía a su capital por Castres. En efecto, Toulouse era etapa de mayor importancia. En la Puerta Miégeville de la basílica de Saint-Sernin figuraba Santiago, el cual recordaba a los peregrinos a la efigie que se encuentra en la Puerta de Platerías de la basílica del Apóstol en Compostela. El propio plano de Saint-Sernin se incluye como si fuera esta última en la famosa teoría de “las iglesias de peregrinación” caso en el que la crítica actual, cada vez más rigurosa, debería permitir las matizaciones.

Múltiple cofradías hospitalarias con el nombre de Santiago, diversos establecimientos hospitalarios tales como el hospital de Saint-Jacques-du-Bourg y el hospital de Saint-Jacques-de-la-Cité, varias órdenes hospitalarias (cofradías, hospitales, órdenes9 como las de Roncesvalles o San Juan de Jerusalén con testigos de que Toulouse era una de las capitales de la peregrinación compostelana en el interior de Francia. Hoy en día aún subsiste, a la salida de Toulouse, un testigo final: el último pilar del puente cubierto (próximo al puente actual) que, durante un breve lapso de tiempo, estuvo reservado a monjes y peregrinos para atravesar el Garona hacia el Hôtel-Dieu Saint Jacques. Este último conserva una magnífica estatua del apóstol peregrino y un incunable cuya encuadernación está curvado por conchas de cobre. Por la salida sur de la ciudad se dirigían por L’Isle-Jourdain, Auch, etc. abandonando la región de Midi-Pyrénées entre Montesquiou y Morlaas.

La vía Tolosana atraviesa los Pirineos por el puerto de Somport, del que la Guía del siglo XII nos enseña que el hospital dedicado a Santa Cristina era más famoso aún que el de Nuestra Señora de Roncesvalles.

Es en las pendientes aragonesas de los Pirineos donde este camino se funde con los otros tres, ya reunidos en Puente la Reina, Navarra. De esta unión surgirá un único camino con cerca de 200 lugares hasta Compostela que se llamará hasta nuestros días “Camino Francés”.

Los méritos de las descripciones de estos dos grandes caminos a su paso por la región de Midi-Pyrénées son seguros: prevalecen la claridad y la exactitud aunque, por supuesto, las diferentes reseñas no pueden ser exhaustivas o la selección de algunos segmentos del itinerario pueda parecer algo arbitraria, como por ejemplo el de Conques a Cahors, como reconocen los propios autores. En este caso, concretamente, se puede explicar: después de Conques y hasta l’Hospitalet, la vía conocida más antigua, la Caussade (calzada romana), no pasa por Cahors, ciudad reconocida como etapa importante de esta vía en la Edad Media. Así se explica que puedan plantearse múltiples itinerarios entre Conques y Cahors como los más recorridos por los peregrinos. Ya no se podría reprochar esta arbitrariedad en la decisión que han debido tomar los redactores de esta guía para proponer un itinerario de entre los numerosos enlaces y variantes que unen estas dos grandes vías.

Sólo podemos aceptar la elección de un enlace que une Rocamador y Rodez, otra plaza fuerte de los itinerarios de Santiago, que rehaciendo la vía Podense a la altura de Conques y de Rodez, desciende hasta Castres. Con el beneficio de ciertos índices de afluencia y uniendo los caminos peregrinos antes de tomar la vía meridional de Brassac a Castres, este cinturón se aleja por los valles pirenaicos. En cuanto al famoso castillo cátaro de Montségur, ¿se puede incluir en el trazado de peregrinación? Al menos podemos admitir que estos castillos vigilaban el entramado de valles que servía de acceso a través de los puertos pirenaicos. Por otro lado, el país cátaro ha abastecido a los peregrinos de las vías compostelanas antes de la crisis religiosa, durante la propia crisis y tras la represión. En todo caso, el cinturón permite dar cuenta de tramos bien conocidos del paso de los peregrinos por Saint-Gaudens y Montréjeau llegando a Saint-Bertrand-de-Comminges y al puerto de Viala (hospicio aún en funcionamiento) en lo alto del valle del Garona.

Así pues, hay que felicitar al Comité Regional de Turismo de Midi-Pyrénées por haber tomado la iniciativa de una obra que proporciona a un público interesado un acercamiento original a esta región referencia del fascinante mundo de los peregrinos de la concha, por el resurgimiento del patrimonio histórico ahora conservado y rehabilitado en nombre de estos caminos de Santiago, arterias espirituales de la cristiandad desde hace más de mil años, itinerario cultural de la Europa de hoy y de mañana, nexo de unión entre los pueblos (las naciones y las regiones) y entre las culturas ya sean de origen religioso o no.

Ficha técnica

Autor
VV.AA
Sección
XV
Número de Libro
28
Idioma
Francés
Año de Publicación
1990
Editorial
Toulouse Midi-Pyrennees