

Con un encabezado de la FIAT de Turín (Direzione Marketing-Il Diretorre), un lector italiano, con domicilio en Montferrat, pero natural de Sicilia, escribía al autor, en francés, para apuntar que en el pueblo Camaro Superior, muy cerca de Mesina, se conservaba un arca relicario con la efigie de Santiago el Mayor, obra de la más suntuosa orfebrería barroca, rebosante de vivacidad, guirnaldas y flores. Cada 25 de julio, día de la fiesta, mientras en la otra cara de las tierras de España, en la basílica “sacro-santa” de Santiago, el botafumeiro vuela sobre las cabezas de los atónitos peregrinos, aquí, en esta minúscula aldea, replegada en su valle, la estatuilla dispuesta sobre su pedestal de gala se lleva en procesión hasta la catedral de Mesina, a una distancia de 3 kilómetros, y a continuación llevada de vuelta, no con menos solemnidad, bajo la “canícula del mediodía”. Mientras el origen de esta singular liturgia, que se cree única en Europa, se perdía en la niebla opaca de los tiempos, la tradición consiguió sobrevivir a todas las vicisitudes de la Historia.