LONG EST LE CHEMIN DE COMPOSTELLE

Probablemente desconozca que uno de los ejes que antiguamente conducía a los peregrinos hacia los cinco grandes centros de enlace de los caminos hacia Santiago pasa seguramente cerca de su localidad, quizá incluso delante de su casa. Un buen día, Pierre Guelff, periodista de 44 años y padre de familia se dio cuenta de este hecho, de modo que se calzó sus deportivas y se fue a descubrir los numerosos vestigios de estas rutas sagradas con sus santuarios, sus altos, sus señalizaciones o las huellas que han ido dejando los incansables caminantes de la estrella, procedentes de los Países Bajos, de Alemania o de más lejos. Más tarde, no podría dejar de emprender este periplo, de modo que decidió incorporarse en Le Puy-en-Velay para alcanzar el puerto de Roncesvalles, Santiago y el sepulcro del Apóstol. En total 1870 kilómetros, es decir, 885100 pasos, una larga marcha de la que anotó en su cuaderno de bitácora cada incidente, cada descubrimiento, cada impresión antes de que hiciese méritos para llevar la vieira. Una vieira cuya simbología que tiene su génesis en laberintos y enigmas, según explica, a modo de introducción, Paul Saint-Hilaire. Puede que usted desconozca también que estos caminos, cinco en total, dibujaban sobre el suelo francés una enorme vieira perfectamente trazada, como si por aquellos días existieras satélites capaces de divisarla. Una manera sorprendente de sacralizar las viejas tierras de occidente.