MIL AÑOS POR EL CAMINO DE COMPOSTELA (AÑO 1. NÚMERO 8. JUNIO 1999)
Cayo Plinio Segundo reflexionaba sobre “las inquietudes que tenían los regidores de las ciudades en embellecerlas con estatuas y templos, por el beneficio que reportaba la afluencia de personas”, en una clara referencia al poder mediático y de atracción que las grandes obras arquitectónicas tenían y aún tienen en la sociedad. La producción de estos conjuntos edificados exigía de multitud de personas coordinadas para su construcción y por supuesto del material con que fueron concebidos: la piedra. El Camino de Santiago nos ofrece la oportunidad, a través del análisis de su patrimonio histórico construido, de entender cómo actuó el tiempo sobre la superficie de las piedras y alcanzar una visión sobre las relaciones entre los conjuntos edificados y su entorno. Actualmente son numerosas las descripciones de los elementos arquitectónicos en los edificios históricos, pero nos falta qué conocimientos tenemos de los materiales pétreos que les han dado su materialidad.
Enrique Álvarez Areces es doctor y licenciado en Geología y máster en Recursos Geológicos y Geotecnia por la Universidad de Oviedo. Es especialista en el estudio de las canteras históricas, la piedra natural y sus relaciones con el patrimonio arquitectónico construido.