LIBRO DEL CAMINO DE SANTIAGO

En un extremo de España, durante muchos siglos, en el mismo límite de la Tierra conocida hipnotiza a los hombres este itinerario que fue protagonizado por santos, bandidos y violadores, aristócratas y siervos, reinas y amas de casa…multitud de solitarios avanzan hacia Compostela, cada uno con su verdad y su culpa como fardos, pero el Camino es peaje de penitencias y da también ocasión para la holganza y la aventura, y la culpa entonces se convierte en gozo. Al final la obra no deja de ser un compendio de relatos de lo más variado que van desde la vida del santo, el camino de las almas, el origen de la Vía Láctea y extraña apariciones, que mezcla de forma desordenada para fácilmente identificable, un Camino que la publicación llega a llamar “de los Cuerpos” y que invita a caminar por fuera para llegar dentro, hasta la casa de Santiago, recordando que en el fin de la Tierra el Camino es verdad y es vida, por lo que se adentra en historias que se mezclan con las leyendas cuando trata el tema de la vereda del peregrino, la visión de Carlo Magno o la duda de si es el Apóstol el que está enterrado en Santiago o por el contrario es Prisciliano, quien quiso romper, y lo consiguió parcialmente, la unidad de la fe y su Iglesia. En esta mezcla de temas el lector siempre encontrará unos textos en los que a veces estará de acuerdo pero otras veces lo rechazará porque su redacción no es una historia al uso sino que viaja por senderos un tanto desconocidos para, incluso, escribir una especie de teatrillo para ser representado en el que mezcla al Conde Don Lisuardo y a sus criados